Una mirada histórica y actual a la transformación de una relación milenaria
Persia en las Escrituras: El Libertador Divino
Para comprender la profundidad de la ironía histórica actual, debemos regresar a las páginas del Antiguo Testamento, donde Persia emerge no como enemigo, sino como instrumento divino de liberación. La historia comienza en el año 539 a.C., cuando Ciro II de Persia conquista Babilonia y se encuentra con miles de judíos exiliados, deportados décadas antes por Nabucodonosor.
El decreto de Ciro, preservado tanto en fuentes bíblicas como arqueológicas, marca un momento sin precedentes en la historia antigua. Donde otros conquistadores imponían sus dioses y desarraigaban pueblos, Ciro proclamó lo impensable: el retorno libre de los exiliados a sus tierras ancestrales y la reconstrucción de sus templos. El libro de Esdras registra sus palabras: "Jehová, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra, y me ha mandado que le edifique casa en Jerusalén, que está en Judá" (Esdras 1:2).
El Ungido de Yahvé
El profeta Isaías va aún más lejos, otorgando a Ciro un título que corta la respiración por su audacia teológica. En Isaías 45:1, Dios declara: "Así dice Jehová a su ungido, a Ciro..." La palabra hebrea es "mashiach", de donde deriva "Mesías". Este título, reservado tradicionalmente para reyes davídicos y figuras sagradas de Israel, se otorga aquí a un monarca persa pagano. Es la única vez en todo el Antiguo Testamento que un gobernante extranjero recibe esta designación sagrada.
La teología detrás de esta designación es revolucionaria: Dios puede usar incluso a quienes no lo conocen para cumplir sus propósitos redentores. Isaías continúa: "Aunque no me conociste, te ceñiré, para que se sepa desde el nacimiento del sol, y hasta donde se pone, que no hay más que yo" (Isaías 45:5-6).
El Imperio Benevolente
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Rey Darío I, de Persia |
Los libros de Esdras y Nehemías narran cómo la benevolencia persa se extendió más allá de Ciro. Los sucesores persas —Darío, Artajerjes— no solo mantuvieron la política de tolerancia religiosa, sino que financiaron activamente la reconstrucción del templo y los muros de Jerusalén. Artajerjes comisiona a Nehemías como gobernador con plenos poderes para restaurar la ciudad, proporcionando madera de los bosques reales y cartas de protección para el viaje.
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Rey Artajerjes I, de Persia |
El libro de Ester, aunque no menciona explícitamente a Dios, muestra la maquinaria del imperio persa siendo utilizada para proteger al pueblo judío del genocidio planificado por Amán. La fiesta de Purim, celebrada hasta hoy, conmemora cómo el poder persa se convirtió en escudo protector del judaísmo.
Una Relación de Siglos
Durante más de dos siglos, el Imperio Persa acuario fue hogar de la mayor diáspora judía del mundo antiguo. Las comunidades judías florecieron en ciudades como Susa, Ecbatana y la propia Babilonia. Los textos talmúdicos posteriores reflejan esta relación positiva, refiriéndose a Persia con respeto y describiendo a sus gobernantes como justos en comparación con otros imperios.
Incluso después de la conquista de Alejandro Magno y el fin del Imperio Persa, la memoria colectiva judía preservó la gratitud hacia Persia. Los rabinos del período talmúdico interpretaron la benevolencia persa como cumplimiento de las promesas proféticas sobre la restauración.
La Metamorfosis de Milenios: Cómo el Libertador se Convirtió en Enemigo
Esta rica historia bíblica hace que el conflicto actual sea particularmente desgarrador. Pero ¿cómo llegamos de aquella Persia benevolente a la República Islámica que hoy amenaza con "borrar a Israel del mapa"? La transformación no fue súbita, sino el resultado de cambios sísmicos que redefinieron la identidad iraní a lo largo de siglos.
La Conquista Árabe y el Cambio Religioso
El primer punto de inflexión llegó en el siglo VII, cuando los ejércitos árabes conquistaron el Imperio Sasánida persa. Mientras la Persia zoroastriana había desarrollado una teología de tolerancia —reflejada en su trato hacia los judíos— la islamización gradual introdujo nuevas dinámicas. Sin embargo, incluso durante los primeros siglos del Islam, las comunidades judías continuaron prosperando en tierras persas, y los gobernantes musulmanes a menudo mantuvieron políticas relativamente tolerantes hacia las "gentes del Libro".
El Renacimiento Persa Moderno
Paradójicamente, el período que más se asemejó a la relación bíblica original fue el más reciente en términos históricos. Durante la dinastía Pahlavi (1925-1979), Irán bajo los shahs no solo mantenía excelentes relaciones con Israel, sino que los dos países se veían como aliados naturales: ambas naciones no árabes en una región predominantemente árabe, ambas con vínculos históricos a civilizaciones antiguas, ambas enfrentando desafíos similares de modernización.
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dinastía Pahlavi |
La cooperación era extensa y multifacética. Israel ayudaba a entrenar las fuerzas de seguridad iraníes, mientras Irán proporcionaba petróleo a Israel. Existían vínculos comerciales florecientes, intercambios culturales, y una comunidad judía iraní de más de 80,000 personas que gozaba de libertades considerables. El Shah Mohammad Reza Pahlavi visitó Israel, y había planes para una cooperación aún más estrecha en proyectos de desarrollo.
La Revolución de 1979: El Punto de No Retorno
Todo cambió dramáticamente con la Revolución Islámica de 1979. El ayatolá Ruhollah Jomeini llegó al poder con una ideología que fusionaba el Islam chiíta revolucionario con un feroz antiimperialismo. En esta nueva cosmovisión, Israel fue redefinido no simplemente como otro estado, sino como una manifestación ilegítima del colonialismo occidental en tierra musulmana.
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Ruhollah Jomeiní, líder político-espiritual de la Revolución islámica de 1979, que derrocó al último sah Mohammad Reza Pahleví, y líder supremo del país hasta su muerte. |
Jomeini declaró que Israel era un "estado sionista ilegítimo" que debía ser eliminado, convirtiéndolo en el primer líder de un estado importante en hacer de la destrucción de Israel una política oficial de estado. La revolución reemplazó la identidad persa nacionalista con una identidad islámica revolucionaria, donde la solidaridad con los palestinos se convirtió en un pilar fundamental del nuevo régimen.
La Institucionalización del Conflicto
Lo que siguió fue la construcción sistemática de una infraestructura de confrontación. Irán comenzó a financiar y armar grupos como Hezbollah en Líbano y Hamas en Gaza, creando lo que Israel denomina el "eje de resistencia". La retórica se volvió cada vez más apocalíptica: el expresidente iraní Mahmoud Ahmadinejad habló de "borrar a Israel del mapa", mientras que las manifestaciones del "Día de Quds" se convirtieron en rituales anuales de condena a Israel.
Simultáneamente, el programa nuclear iraní, que había comenzado bajo el Shah con asistencia estadounidense para fines civiles, adquirió dimensiones militares bajo la República Islámica. Israel comenzó a ver este programa como una amenaza existencial, especialmente viniendo de un régimen que negaba abiertamente su derecho a existir.
El Abismo Presente
Así llegamos al momento actual, donde la historia se ha invertido completamente. En la sexta jornada consecutiva de intercambio de ataques, al menos 10 personas murieron en Israel durante la noche, después de que múltiples misiles iraníes evadieran los sistemas de defensa del país, mientras explosiones sacudían Teherán, donde el ministerio de salud reportó 224 muertos. Esta violencia representa una inversión completa de aquella época dorada cuando los decretos persas protegían vidas judías en lugar de amenazarlas.
Hoy, el Ministro de Defensa israelí nombra como objetivo de guerra el asesinato del líder supremo de Irán, el Ayatolá Ali Jamenei, después de que misiles iraníes dañaran hospitales en territorio israelí. El contraste con el Ciro bíblico, quien financió la reconstrucción del templo, no podría ser más devastador.
La Escalada Nuclear: Una Nueva Era de Peligro
La guerra entre Irán e Israel comenzó el 13 de junio de 2025, cuando Israel lanzó un ataque sorpresa contra docenas de objetivos iraníes, cortando las negociaciones entre Irán y Estados Unidos sobre las ambiciones nucleares de Irán. Lo que distingue este conflicto de enfrentamientos anteriores es su alcance sin precedentes y la magnitud de la destrucción mutua.
La Dimensión Militar: Cifras que Revelan la Magnitud
Los números del conflicto actual revelan una escalada sin precedentes en la región. Desde el 13 de junio, Irán ha lanzado más de 400 misiles balísticos y cerca de 1,000 drones contra Israel, según datos oficiales. Aunque más del 90% fueron interceptados por los sistemas de defensa israelíes, aproximadamente 20 misiles alcanzaron áreas urbanas, causando devastación en ciudades que no habían experimentado tal nivel de ataque directo desde las guerras árabes-israelíes.
El ataque más simbólico y devastador ocurrió la noche del 19 de junio, cuando un misil Sejjil impactó directamente en el Hospital Soroka de Beersheba. Este ataque no solo causó daños estructurales masivos y un posible escape químico, sino que dejó más de 240 heridos. El simbolismo es aterrador: mientras el Ciro bíblico financiaba la construcción de lugares sagrados, los misiles iraníes modernos destruyen lugares de sanación.
En total, al menos 24 civiles israelíes han perdido la vida, con cientos más heridos en lo que marca la confrontación más directa y letal entre ambos países en la historia moderna.
La Respuesta Israelí: Golpes al Corazón del Programa Nuclear
La respuesta israelí ha sido igualmente devastadora y estratégicamente dirigida. Israel ha llevado a cabo ataques sistemáticos a instalaciones nucleares y militares de Irán, incluyendo los reactores de Arak, Natanz, Fordow, Isfahan y el reactor de agua pesada de Khondab. Esta no es una campaña militar convencional, sino un intento deliberado de desmantelar décadas de desarrollo nuclear iraní.
La precisión de los ataques israelíes ha sido letal para la estructura de comando iraní. Hasta 20 altos mandos militares han sido eliminados, incluyendo comandantes del IRGC y figuras clave del establishment de seguridad. Israel afirma haber destruido aproximadamente 120 lanzadores de misiles y haber logrado supremacía aérea temporal sobre Teherán, un logro militar que pocos creyeron posible hace solo semanas.
Las cifras humanas del lado iraní son aún más devastadoras. Se reportan entre 224 y 639 muertos en Irán, una mezcla de personal militar y civiles que refleja tanto la precisión como la brutalidad de los ataques israelíes.
La Trampa del Compromiso: Cuando Retroceder es Imposible
Lo que presenciamos hoy es lo que los estrategas llaman una "trampa del compromiso": una dinámica donde ambos bandos enfrentan costos escalatorios pero no pueden retroceder sin perder legitimidad política y supervivencia estratégica. La "trampa del compromiso" sigue completamente activa: ambos bandos han escalado sin posibilidad aparente de detenerse sin sufrir consecuencias que consideran inaceptables.
Israel persiste en su objetivo declarado de eliminar tanto las amenazas nucleares iraníes como a su máximo líder, el Ayatolá Jamenei. Mientras tanto, Irán insiste en continuar el contraataque y mantener su programa nuclear como cuestión de supervivencia del régimen. Cada escalada justifica la siguiente, creando un ciclo que parece inexorable.
Israel enfrenta su propio dilema estratégico. Los ataques pueden acelerar en lugar de prevenir la nuclearización iraní, pero retroceder significaría aceptar un Irán nuclear. Esta lógica mortal tiene implicaciones que van más allá de Medio Oriente, representando el primer ejemplo a gran escala del mundo de lo que los expertos en seguridad nuclear llamamos una "guerra umbral": una nueva y aterradora forma de conflicto donde una potencia nuclear ataca las instalaciones nucleares de un estado no nuclear pero con capacidad nuclear.
El Factor Estadounidense: Entre la Diplomacia y la Guerra
El papel de Estados Unidos se ha vuelto crítico y potencialmente decisivo. El presidente Trump está considerando activamente la participación militar directa estadounidense, con planes específicos para atacar el sitio nuclear subterráneo de Fordow en las próximas dos semanas. Esta instalación, construida profundamente dentro de una montaña, requiere capacidades de bunker-busting que solo Estados Unidos posee completamente.
La posición militar estadounidense en la región se ha reforzado significativamente. Buques como el USS Nimitz y USS Ford han sido posicionados estratégicamente, mientras que más de 30 aviones cisterna de reabastecimiento aéreo estadounidenses han sido desplegados para prepararse para la posibilidad de que Trump ordene a la Fuerza Aérea ayudar a reabastecer cazas israelíes durante operaciones sobre Irán.
La posición estadounidense es crucial: Israel no tiene la capacidad de destruir completamente el programa nuclear iraní sin asistencia estadounidense, incluyendo reabastecimiento aéreo y las bombas especializadas requeridas para penetrar las instalaciones más profundamente enterradas.
La Dimensión Geopolítica Actual: Un Mundo Dividido
El conflicto actual no puede entenderse sin considerar las reacciones internacionales divergentes que revelan las fracturas geopolíticas globales.
Europa: La Voz de la Moderación
Europa (Francia, Reino Unido, Alemania) está promoviendo activamente una negociación diplomática con Irán en Ginebra, representando el último bastión de la diplomacia multilateral en esta crisis. La Comisión Europea, bajo Ursula von der Leyen, ha instado a la desescalada y una solución negociada, mientras mantiene que "Israel tiene derecho a defenderse" pero que "Europa siempre ha sido clara: Irán nunca puede adquirir un arma nuclear".
Las Potencias Rivales: China y Rusia
China urge a todas las potencias a desescalar, manteniendo su postura tradicional de no intervención y estabilidad regional. Rusia, con intereses más directos debido a su cooperación nuclear con Irán, se ofrece como mediador, aunque su capacidad de influencia está limitada por su propio conflicto en Ucrania.
La Comunidad Internacional: Alarma Creciente
Organismos como la ONU y la UE han intensificado sus llamados a la moderación. El Papa Francisco expresó profunda preocupación por el uso de armamento de alta tecnología en áreas civiles, mientras que la OIEA condenó enérgicamente cualquier ataque a instalaciones nucleares, citando riesgos de contaminación radiológica.
Irán, por su parte, ha advertido claramente sobre las consecuencias de una mayor escalada. El líder supremo iraní Ali Jamenei advirtió que cualquier intervención militar estadounidense "resultaría en consecuencias irreparables" para Estados Unidos, mientras que funcionarios iraníes han señalado que una intervención estadounidense sería "una receta para una guerra total en la región".
El Costo Humano: Cuando los Números Revelan Tragedias
Las cifras del conflicto son devastadoras y revelan la magnitud humana de esta confrontación histórica. El ataque más simbólico —el impacto directo del misil Sejjil en el Hospital Soroka de Beersheba— encapsula la inversión completa de la relación histórica. Donde una vez Persia construía y protegía, ahora Irán destruye lugares de sanación.
Los más de 240 heridos en este ataque hospitalario no son solo estadísticas; representan familias destrozadas, personal médico traumatizado, y la violación de uno de los principios más sagrados del derecho internacional humanitario: la protección de instalaciones médicas.
En el lado iraní, las 224 a 639 víctimas mortales incluyen tanto personal militar como civiles, reflejando la naturaleza indiscriminada que a menudo caracteriza los conflictos modernos de alta tecnología. Entre estos números se encuentran científicos nucleares iraníes, cuyas muertes representan décadas de conocimiento perdido y familias destruidas.
Infraestructura Crítica: El Daño Duradero
Más allá de las víctimas humanas inmediatas, el conflicto está causando daño duradero a la infraestructura crítica de ambos países. En Haifa, el Grupo Bazan informó que una planta de energía que produce vapor y electricidad fue significativamente dañada, con todas las instalaciones de refinería cerradas. En Irán, la creciente falta de infraestructura crítica amenaza no solo la capacidad militar del país, sino su funcionamiento básico como estado.
Un ataque aéreo israelí que golpeó la sede de la televisión estatal iraní durante una transmisión en vivo simboliza cómo la guerra moderna borra las líneas entre objetivos militares y civiles. El edificio, envuelto en llamas mientras los presentadores describían los bombardeos en tiempo real, se convirtió en una metáfora visual de cómo el conflicto consume todo a su paso.
La Trampa de Sansón
Netanyahu ha sido claro sobre sus objetivos. Cuando se le preguntó si Israel planea seguir luchando hasta que caiga el gobierno iraní, Netanyahu dijo que el objetivo principal es desmantelar las capacidades nucleares de Irán, pero también agregó que "el régimen es muy débil". Más inquietante aún, Netanyahu dijo que matar al líder supremo de Irán Ali Jamenei "terminaría el conflicto".
Esta lógica revela lo que podríamos llamar la "trampa de Sansón": la creencia de que la destrucción total del enemigo es preferible a la coexistencia con una amenaza existencial. Es una mentalidad que, históricamente, ha llevado a conflictos devastadores que trascienden las intenciones originales de quienes los iniciaron.
Reflexiones sobre el Futuro: Entre la Diplomacia y el Abismo
El conflicto actual entre Israel e Irán representa más que una disputa regional; es un microcosmos de los dilemas geopolíticos del siglo XXI, donde la proliferación nuclear, el colapso de marcos diplomáticos multilaterales, y la creciente polarización crean un entorno donde la diplomacia preventiva se vuelve casi imposible.
La diplomacia se encuentra bajo una presión extrema, especialmente con la creciente falta de infraestructura crítica en Irán y el riesgo creciente de un conflicto nuclear o regional mayor. Europa intenta mediar desesperadamente mientras Estados Unidos evalúa si su rol será el de mediador o participante directo. Las conversaciones nucleares programadas entre Estados Unidos e Irán, que representaban la última esperanza diplomática, fueron canceladas tras el inicio de los ataques israelíes.
Netanyahu ha sido claro sobre sus objetivos maximalistas. Su declaración de que matar al líder supremo Ali Jamenei "terminaría el conflicto" revela lo que podríamos llamar la "trampa de Sansón moderna": la creencia de que la destrucción total del enemigo es preferible a la coexistencia con una amenaza existencial. Es una mentalidad que, históricamente, ha llevado a conflictos que trascienden las intenciones originales de quienes los iniciaron.
La normalización de ataques a instalaciones nucleares establecerá precedentes peligrosos. Como señalan expertos en seguridad, las acciones de Israel riesgan normalizar ataques a infraestructura nuclear, potencialmente legitimando acciones preventivas similares por parte de India, China o Estados Unidos contra programas nucleares emergentes en otros lugares.
La Ironía Histórica Permanente
La ironía histórica es palpable y dolorosa: la misma región que una vez facilitó el retorno del pueblo judío a su tierra ancestral ahora es vista como su principal amenaza existencial. Pero quizás la lección más profunda de esta crisis es que las identidades nacionales y religiosas, por más profundas que sean, no son inmutables. Las alianzas y enemistades de hoy pueden ser las reconciliaciones del mañana, si tenemos la sabiduría de reconocer que la supervivencia mutua a menudo requiere coexistencia, no eliminación.
Lo que está en juego no es solo el futuro de Israel e Irán, sino el precedente que este conflicto establecerá para futuras crisis nucleares en un mundo cada vez más multipolar. La respuesta de la comunidad internacional determinará si estamos presenciando el nacimiento de una nueva era de "guerras umbral" o si aún existe espacio para la diplomacia en un mundo donde las armas nucleares han redefinido las reglas del conflicto internacional.
En última instancia, la transformación de Persia de libertador a enemigo de Israel nos recuerda que la historia no es destino, pero las decisiones que tomamos hoy sí determinarán el legado que dejamos a las generaciones futuras. La pregunta que queda es si la sabiduría prevalecerá sobre la fuerza, o si estamos condenados a repetir los errores del pasado con armas del futuro.
El conflicto continúa desarrollándose hora a hora mientras se escribe esta reflexión, recordándonos que la historia se escribe en tiempo real, con consecuencias que trascienden fronteras y generaciones. Al momento de esta actualización, la "trampa del compromiso" permanece activa, con ambos bandos incapaces de retroceder sin aceptar consecuencias que consideran existenciales.