Cada mañana millones de personas abren sus teléfonos y se encuentran con el mismo mensaje: "Todo lo que has comido toda tu vida está mal". La leche te inflama, los carbohidratos te envenenan, esa proteína te está matando lentamente. Y así, lo que debería ser uno de los placeres más básicos de la existencia humana —comer— se convierte en un campo minado de ansiedad.
El Cuerpo que Nunca Existió
Los influencers de nutrición han creado una versión ficción de nuestro cuerpo: frágil, vulnerable, incapaz de procesar prácticamente cualquier alimento sin consecuencias catastróficas. En esta narrativa, somos cristal que se quiebra con cada bocado "incorrecto".
Pero aquí está la realidad que no vende: el cuerpo humano es una máquina extraordinaria de adaptación. Durante 300,000 años, nuestros ancestros comieron lo que pudieron encontrar, cuando pudieron encontrarlo. Sobrevivieron con dietas de pescado crudo en el Ártico, tubérculos en África, arroz en Asia, maíz en América. No tenían listas de alimentos prohibidos ni aplicaciones para contar macros. Simplemente comían y prosperaban.
La Trampa de la Simplicidad y El Negocio del Miedo
"Este alimento es malo" suena tan claro, tan definitivo. Es mucho más fácil de digerir (valga la ironía) que "depende de tu contexto, tu genética, tu estilo de vida, la cantidad, la frecuencia y mil factores más". Los influencers lo saben. El miedo vende mejor que la complejidad.
Toman un estudio que sugiere que algo podría tener un efecto en determinadas condiciones y lo convierten en un titular apocalíptico. Ignoran que en ciencia, un estudio no es una verdad absoluta. Olvidan mencionar que la dosis hace la diferencia —que prácticamente cualquier cosa puede ser dañina en exceso y beneficiosa en moderación.
Detrás de cada publicación alarmista hay un producto que vender: un suplemento, un curso, un libro, una consulta. La industria del miedo nutricional mueve millones porque funciona con una fórmula simple: crea el problema, vende la solución.
Primero te dicen que todo lo que comes está mal. Luego te ofrecen el camino hacia la "alimentación correcta" —que casualmente requiere comprar sus productos o servicios. Es un modelo de negocio perfecto: mientras más miedo generes, más dependientes haces a tus seguidores de tu "sabiduría".
Nuestras abuelas no sabían de macronutrientes ni de índices glucémicos, pero sabían algo que hemos olvidado: comer es un acto social, cultural, placentero. Cocinaban con ingredientes reales, comían en familia, no pesaban cada gramo ni vivían angustiadas por cada bocado.
Tenían una relación intuitiva con la comida que los algoritmos han destrozado. Sabían que la variedad era buena, que la moderación tenía sentido, que la comida era para nutrir tanto el cuerpo como el alma.
El Verdadero Veneno: La Ansiedad
Irónicamente, la ansiedad constante por comer "perfecto" puede ser más dañina que cualquier alimento "prohibido". El estrés crónico altera la digestión, afecta el sueño, debilita el sistema inmune. En nuestra obsesión por evitar supuestos tóxicos, nos estamos envenenando con preocupación.
Volver a lo Esencial
La nutrición real no necesita ser complicada. Los principios básicos han sido los mismos durante décadas: come variado, principalmente alimentos reales y mínimamente procesados, en cantidades que te hagan sentir bien, comparte cuando puedas, disfruta el proceso.
Tu cuerpo es más inteligente de lo que cualquier influencer te quiere hacer creer. Tiene sistemas sofisticados para procesar, absorber, desechar y equilibrar. Confía en él. Ha mantenido viva a tu especie por milenios sin necesidad de listas de alimentos prohibidos.
La próxima vez que veas una publicación que demoniza un grupo entero de alimentos, pregúntate: ¿qué están tratando de venderme? ¿Esta información me ayuda a tener una mejor relación con la comida, o solo me genera más ansiedad?
Come con conciencia, pero también con calma. Tu plato no tiene que ser perfecto. Solo tiene que alimentarte —cuerpo, mente y espíritu.
Porque al final, la mejor dieta es aquella que puedes sostener sin vivir con miedo. Y esa, ningún influencer te la puede vender. Ya la tienes dentro de ti.